PROPÓSITO DE LA TRISTEZA Dios permite que nos vengan tristezas
para impulsarnos a apartarnos del pecado, con el propósito de obtener la salvación.
Jamás debemos arrepentirnos de ello, sino más bien
llevarlo a cabo, convirtiéndonos del pecado; porque las tristezas del mundo sólo producen muerte, como está escrito:
“Arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados, y vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio” (Hechos 3:19); y también: “La paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23). Si hoy decides hacer un alto para oír la voz de tu Creador que te llama, diciéndote por su Palabra:
Que te apartes para ÉL, renunciando a todo lo que posees, como está escrito en Lucas 14:33 y 2ª Corintios 6:17, y al detenerte,
te llenas de fe para tomar la decisión de OBEDECER SU LLAMADO... Aunque tengas que llorar,
ciertamente estarás a un paso de recibir el gran milagro que le dará a tu vida ¡lo necesario para poner fin a la tristeza!
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