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*Devocional matutino * _Porque sabemos que si nuestra mora | MUNDO JOVEN CRISTIANO 🌐

*Devocional matutino *


_Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos._

2ª Corintios 5:1

Dicen por ahí que “tu hogar es donde está tu corazón”. Para el cristiano, ese lugar es —o al menos debería ser— el cielo. Es ahí donde se encuentran las cosas eternas e imperecederas, donde se encuentra aquello que realmente vale la pena.

El cielo es donde debemos poner nuestra mirada y buscar satisfacción. Jesús lo dijo así: “donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón” (Mt. 6:21).

Si estás en Cristo, el cielo es tu verdadero hogar. Afirmarlo es fácil, pero vivirlo es otra cosa. Podemos leer sobre las glorias de la eternidad en nuestro devocional matutino, para luego perdernos en los afanes temporales del día a día.

Nuestro corazón se desvía fácilmente, olvidando que la vida en la Tierra es como neblina.

Necesitamos que nos recuerden la belleza de lo que nos espera. Eso es justo lo que hace el libro "El cielo", escrito por Joni Eareckson Tada.

“No nos pongamos demasiado cómodos ni nos sintamos demasiado satisfechos con las cosas buenas que hay aquí en la tierra. Este es solo el tintineo de la orquesta mientras afina”.

A lo largo de las páginas, Joni comparte y contagia su anhelo por la patria celestial. Este deseo va mucho más allá de la sanidad física (aunque ciertamente es una parte importante); lo que Joni más anhela —y lo que todo cristiano debe anhelar— es a Jesús. Él es quien hace del cielo un paraíso. Como escribe Joni, “el cielo debe ser más que un lugar. Mucho, mucho más. Debe ser una persona”.

Pongamos nuestros ojos en Cristo y lo que Él está preparando para nosotros mientras esperamos Su regreso

Pero vivir con la mirada en la eternidad no significa ignorar el lugar en donde estamos ahora mismo. Al contrario, los viajeros que piensan más sobre el mundo por venir por lo general son los que están haciendo mayor bien en este mundo actual.

Cuando vivimos con la mirada en el cielo, se nota en cómo miramos las cosas de la tierra.

La fe tiene dos lados. No solo verifica que el cielo existe sino que también hace que miremos de manera diferente las cosas visibles que están aquí en la tierra.

El mundo está perdido; millones de personas necesitan escuchar el evangelio de salvación. El mundo está roto; necesitamos extender nuestras manos para reflejar al Dios que está restaurando todas las cosas.

El cielo no es solo algo que nos espera, es también algo que nos impulsa y nos sostiene mientras cumplimos nuestra misión: hacer discípulos de todas las naciones, amando a Dios y a nuestro prójimo.

Nuestro andar hacia la eternidad no es fácil; el camino es angosto. Nuestro Señor aseguró que la aflicción sería parte de nuestra vida en la tierra, pero también nos llamó a confiar en que Él ya ha vencido. Pongamos nuestros ojos en Cristo y lo que Él está preparando para nosotros mientras esperamos Su regreso.

El cielo tiene como objetivo bendecir su camino y ser una fuente de fortaleza en su sufrimiento hoy.

Descansemos en la esperanza de nuestra morada celestial. Cristo no es solo el camino a casa. Él también es nuestro hogar.


Bendiciones