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Él vino “para dar Su vida en rescate por muchos” (Marcos 10:45 | MUNDO JOVEN CRISTIANO 🌐

Él vino “para dar Su vida en rescate por muchos” (Marcos 10:45), y nada —ni siquiera la comodidad de las provisiones terrenales, la fama ni un ministerio sobrenatural de autodeterminación innegable— podía evitar que el Hijo cumpliera Su misión.

Y lo mismo debería ser cierto para los seguidores de Jesús. No nos salvamos a nosotros mismos; Él ya lo ha hecho y de una forma mucho mejor que la nuestra. En lugar de ello, nos convertimos en lo que adoramos. Somos transformados a la semejanza de Cristo (Romanos 8:29; 2 Corintios 3:18). Es por ello que la Escritura utiliza verbos en voz activa para describir la vida cristiana. “Acercaos, perseverad, pelead, esforzaos, andad, alentaos, afirmaos, aferraos, obedeced, trabajad, haced morir, adornaos, servid, sed laboriosos”; el Espíritu usa estas palabras para impulsar a la iglesia a entender como luce el concepto aplicado a la realidad.

Estos mandatos tienen la intención de ayudarnos a ser más como Cristo en nuestro andar, y a guiarnos al cumplimiento de la misión de Dios. Los discípulos del Nuevo Testamento son soldados (Filipenses 2:25; 2 Timoteo 2:3–4; Filemón 1:2), atletas (2 Timoteo 2:5; Hebreos 12:1–2), y nuevas criaturas crucificadas (Gálatas 2:20; 2 Corintios 5:17). Corremos (Hebreos 12:1), peleamos (2 Timoteo 4:7), y andamos armados (Efesios 6:10–18) para que podamos terminar bien y cumplir con los propósitos de Dios mientras vivimos.

Aun así, la tentación a la comodidad permanece. Pelear la buena batalla es mucho más difícil que reproducir la temporada de la última serie que nos gusta. De nuevo, cuando seguir a la comodidad supera el seguir a Jesús, es hora de evaluar qué estamos adorando. Así como con Sus discípulos, Cristo nos llama a dejar de cobrar impuestos y de reparar nuestras redes de pesca para seguirle a Él. La pregunta que tenemos ante nosotros cada día es: ¿Le seguiremos como lo hicieron Sus discípulos (Mateo 4:18–22) o nos volveremos hacia nuestras comodidades como el hombre rico (Marcos 10:17–27)?

No hagas nada que te impida seguir a Jesús. En vez de ello, toma tu cruz y síguele, a donde sea que te lleve.

Recuerda, Jesús no dejó Su eterna comodidad en el cielo para adaptarse a las comodidades pasajeras de este mundo. Él vino a destruir nuestros ídolos para que podamos tenerlo a Él para siempre.

Seguir a Cristo nos lleva a algo mejor que las comodidades temporales de este mundo; nos lleva a un reposo verdadero e inmejorable. Sabemos el final. El camino difícil nos lleva hacia Dios mismo. Tu Salvador te garantiza una recompensa eterna que opaca todas las falsas comodidades de este mundo.

Bendiciones