2021-09-04 21:21:23
Mussolini representa la vida heroica que evita en todo momento el devenir en vida común, vida burgués, vida que pierde sus facultades creativas. La política de Mussolini es tanto arte como religión: dirige, educa, une; eleva el concepto del hombre, vuelve la vida digna de ser vivida. La fe de Mussolini posee la vastidad del océano y la profundidad del cielo: es una fe que consterna a los hombres mediocres de la sociedad moderna.
Mussolini es Hombre universal, en el sentido sublime de la palabra, porque es profundamente italiano. El tiempo es el más grande amigo y colaborador de Mussolini. Su más grande enemigo: la estupidez, la ilusión.
Mussolini es el primer Hombre de estado que ha instaurado entre el pueblo y entre los pueblos el temible y soberano poder de las leyes morales que borran divisiones, antagonismos, e injusticias. Esto es suficiente para marcar no sólo un siglo, sino varios. En el clima de Mussolini, Marx, Hegel, Kant, la Revolución del '89, y Lenin, son como retratos descoloridos que se venden gustosamente por pocos centavos en alguna casa de empeño. En el clima de Mussolini, se cierra para el pueblo un siglo de incertidumbre, de descuido, de risas inútiles, de sueños vanos, de un estancamiento prolongado; retomando así la marcha, en unión y concordancia, y bajo la insignia del César, sobre el ¿camino que lleva a Dios? el durísimo e infatigable esfuerzo del hombre.
En esta marcha el hombre reencuentra su razón de ser, su verdadero ser; es, en definitiva, la criatura que busca a su creador en su férrea voluntad.
He aquí el secreto de la romanidad universal. ¿A quién pertenece el vigésimo siglo? A Mussolini. ¿A quienes pertenecen los siglos sucesivos? A los fundadores de la era fascista. El Fascismo, dada la grandeza que levantará sobre las ruinas de la era democrática, necesita de varios siglos para describir, totalmente, su parábola. La grandeza de Mussolini está en creer y trabajar en una época de incrédulos y abúlicos, y en el despertar de las almas que parecían estar inmersas en un letargo de muerte. La Revolución de Mussolini marca el advenimiento del Espíritu sobre el desorden de la materialidad; es el Espíritu que lucha por el orden y la armonía. Es la primera revolución idealista del mundo, la primera Revolución que surge en la vida social e internacional en contra del egoísmo del hombre.
(Extraído de: Asvero Gravelli, "Uno e Molti", Roma, 1938).
Fuente: https://bibliotecafascista.org/2021/08/30/comprendere-mussolini/
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