FIN A LA TRISTEZANuestro Salvador pasaba por cierto lugar, y vió allí a una gran multitud que llevaban a enterrar a un difunto, hijo único de una viuda.
Al verla, se compadeció de ella, y le dijo: No llores. Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo: Joven, a ti te digo, levántate. Entonces se incorporó el muerto, y comenzó a hablar (Lucas 7:11-18).
De esta forma el Todopoderoso canceló el funeral, pues, cambió el luto de esta mujer en alegría por el gran milagro que le devolvió la vida a su hijo, y le puso fin a la tristeza.
Si hoy decides hacer un alto y detener tu camino, al oír la voz del Maestro, así como lo hicieron los que llevaban el muerto, y al detenerte decides apartarte para tu Creador, renunciando a todo lo que posees, como está escrito en Lucas 14:33 y 2ª Corintios 6:17...
Aunque estés llorando como la viuda, y en gran aflicción, ciertamente estarás a un paso de recibir el gran milagro que le dará a tu camino el giro que le pondrá fin a la tristeza.
