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Pensamientos a Contracorriente

“Los 7 requisitos antes del
‘¡¡…quiero ser pastor…!! ’”

Parte 2

Carlos Raúl Macías López

En la primera parte concluimos diciendo:

"Cuando un discípulo anhela ser pastor (llamamiento), y posee el carácter para asumir ese don, tiene una buena parte del proceso vencido. Pero aún no es suficiente para cantar victoria" Se necesita tener en cuenta el...

Tercer requisito: los testigos.

Todo candidato al ministerio pastoral necesita obligatoriamente estar vinculado a una congregación de creyentes, esos condiscípulos que nos conocen muy bien, y que por lo tanto podrán dar fe acerca de nuestro llamamiento y carácter. El pastor Gayo es un claro testimonio de lo que estamos diciendo. 3 de Juan versículos 3, 5, 6, 12.

Una congregación espiritualmente saludable es la incubadora idónea establecida por Dios para formar, parir y enviar pastores. Ver Hechos 13: 1-3.

El punto es este: son las iglesias locales las que hacen pastores y no los seminarios. El academicismo es importante, pero el fundamento para formar y moldear a un pastor se construye mejor en las trincheras de la iglesia local en el día a día, a través de un proceso que dura años, que en un aula. Tito 1: 5-9.

Los creyentes que son entrenados para el ministerio en la iglesia local, luego entrenan a otros, y así sucesivamente. En 2 Timoteo 2: 2
Pablo instruyó a Timoteo de este modo: "Lo que has oído de mí en presencia de muchos testigos, encarga a hombres fieles que sean capaces de enseñar también a otros"

La unidad de la que habla 1 Corintios 12: 12-26 se refiere a un vínculo afectuoso a un cuerpo local de pecadores redimidos, bajo el liderazgo de ancianos espiritualmente maduros y piadosos. Hebreos 13: 17. De ahí el...

Cuarto requisito: el entrenamiento.

Todo candidato al ministerio pastoral necesita primero ser entrenado por los ancianos de la iglesia local antes de asumir el llamado, fundamentalmente en estas tres áreas:

1. Carácter. Ver 1 Timoteo 3: 2-7; Tito 1: 5-9, sin olvidar el fruto del Espíritu en Gálatas 5: 21, 22.

El buen vino como las obras maestras requieren tiempo para forjarse. Pablo advierte en 1 Timoteo 5: 22 que "no imponga las manos a nadie con demasiada prisa"

El candidato debe permitir que la Palabra de Dios, por medio del Espíritu Santo forje el carácter de Jesús en su vida. Esto toma tiempo, un estudio riguroso y personal de las Sagradas Escrituras, y un mentoreo en las manos de hombres piadosos. Al final del día, el carácter compasivo es el asunto sobre el cual su potencial llamado como pastor se sostiene o cae. Mientras más el carácter sea curtido, más será el parecido a Cristo. Esto no falla.

2. Doctrina. Los ancianos tienen la urgente responsabilidad de equipar al candidato en la formación bíblica y teológica. Esto incluye enseñar al futuro pastor cómo estudiar la Palabra de Dios (Esdras 7: 10), cómo manejar el texto con exactitud (2 Timoteo 2: 15) y cómo exhibir la sana doctrina que un día tendrá que compartir en la congregación (Tito 1: 9)

3. Habilidades ministeriales. Si tú examinas las expectativas que el Nuevo Testamento espera que los pastores cumplan, la lista es ciertamente atractiva, pero también desafiante. El estándar es muy alto. Como parte del desempeño pastoral, debemos: predicar (2 Timoteo 4: 1-2), apacentar (1 Pedro 5: 2), enseñar (1 Timoteo 3: 2), equipar a los santos (Efesios 4: 12) y entrenar a otros para el ministerio (2 Timoteo 2: 2) En el proceso los ancianos entrenarán al candidato, mientras evaluan su progreso en estas áreas (1 Timoteo 4: 15)

Hasta aquí hemos visto: el anhelo (llamado), el carácter, los testigos, y el entrenamiento. Con estos 4 elementos el candidato está más cerca del ‘¡¡…quiero ser pastor…!!' Pero sin pretender ser aguafiestas, aún faltan 3 aspectos de suma importancia.

Continuará...