2022-04-11 18:20:14
Marx creía que los trabajadores, especialmente aquellos que realizaban tareas manuales, eran explotados por los capitalistas, es decir, por la gente que poseía, como Marx decía, “los medios de producción” (específicamente, las fábricas), pero qué hacían muy poco “trabajo físico” ellos mismos.
Sólo una revolución de los trabajadores, tal como Marx escribe en El Capital, puede corregir esta injusticia.
¿Cómo se vería esta revolución?
Marx y su colaborador, Friedrich Engels, lo detallaron punto por punto en El Manifiesto Comunista. Éste incluía la “abolición de la propiedad privada y la herencia” además de la “centralización del crédito, las comunicaciones y el transporte en manos del Estado”, y muchas otras ideas similares.
En otras palabras, el Estado posee y controla prácticamente todo.
Esta noción fue ampliamente debatida en los círculos intelectuales europeos durante la vida de Marx, pero nada de esto despegó hasta que Vladimir Lenin tomó el poder en Rusia en 1917. Esto lo cambió todo.
A pesar de sus repetidos fracasos económicos, la Rusia de Lenin, conocida como Unión Soviética, se convirtió en un modelo a seguir para los dictadores alrededor del mundo.
Donde sea que las ideas de Marx fueron puestas en práctica, el nivel de vida empeoró; no un poco, sino muchísimo. No hay una sola excepción a esta regla. Ni la Unión Soviética, ni Europa del Este, ni China, ni Corea del Norte, ni Vietnam, ni Cuba, ni Venezuela, ni Bolivia, ni Zimbabue lograron mejorar la vida de los trabajadores “oprimidos” por el sistema capitalista.
Donde sea que el marxismo aparece, la economía colapsa, y le siguen el terror y la hambruna.
Entonces, si el fracaso apoteósico es el legado inevitable del marxismo, ¿por qué tanta gente – especialmente jóvenes – lo defienden?
La respuesta más común ofrecida por el marxismo es que “ellos” – quienquiera que “ellos” sean: Lenin, Stalin, Chávez – nunca pusieron el marxismo en práctica.
Todos los dictadores marxistas se equivocaron de alguna manera y no implementaron realmente el comunismo.
Nos dicen que el marxismo es, en su esencia, compartir lo que tenemos: “De cada uno según sus capacidades, a cada uno según sus necesidades”, como lo explica Marx.
Quizás esto suene bien para ti. Pero, ¿qué significa? ¿Quién determina tu “habilidad”? ¿Quién determina tus “necesidades”? La respuesta: EL ESTADO. La élite socialista dominante.
En un régimen marxista, ellos son quienes tienen todo el poder.
Es por eso por lo que los dictadores marxistas, como Lenin, Mao y Pol Pot, en realidad sí aplicaron el marxismo correctamente. Ellos buscaron el poder absoluto, y el marxismo les dio el camino para conseguirlo.
Karl Marx nunca tuvo que enfrentar las consecuencias de sus teorías. Él vivió la mayor parte de su vida adulta respirando el aire libre de Londres, viviendo de la generosidad de su colega Engels, quien, paradójicamente, heredó una fortuna de su padre, un mercader. Marx pasó sus días en el Cuarto de Lectura del Museo Británico, investigando y escribiendo.
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