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Descubren cómo el neumococo se oculta de los antibióticos
Investigadores de la UNC y del Conicet detectaron que este patógeno se esconde en el interior de las células humanas. En un futuro, el hallazgo podría servir para mejorar la eficacia de estos fármacos.
El neumococo es uno de los “villanos” más presente en los hospitales durante el invierno. La bacteria provoca neumonía, meningitis, otitis y sinusitis.

A pesar de que existe una vacuna, este patógeno es uno de los más mortales. Provoca 1,6 millones de fallecimientos en el mundo al año.

No puede sobrevivir en la tierra ni en el agua. Sólo vive en la nasofaringe de los seres humanos. Desde allí ataca primero al pulmón. Pero casi nunca ingresa dentro de las células humanas, porque se trata de un ambiente muy hostil.
Pero cuando lo hace, logra zafar de los antibióticos y del ataque de nuestro sistema inmunológico.

Investigadores de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y del Conicet descubrieron el mecanismo que utiliza el neumococo para sobrevivir a esta estancia intracelular.

El hallazgo podría servir para mejorar la eficacia de antibióticos como la penicilina o la amoxicilina. El trabajo fue publicado en la revista Plos Pathogens.

José Echenique estudia el neumococo desde hace casi 20 años. Trabaja en el Centro de Investigaciones en Bioquímica Clínica e Inmunología (Cibici).

“Para poder adaptarse a un hábitat (tierra, agua o tejido vivo) las bacterias necesitan percibir el ambiente. Para eso, usan unas especies de radares como sensores de calor, pH, concentración de calcio o magnesio y otros”, dice el investigador.

Y agrega: “Cuando uno de estos sensores capta un cambio en el ambiente, envía una señal hacia el interior de la bacteria que modula la actividad de los genes para que se produzcan o dejen de producir diferentes proteínas”.
Estas proteínas le sirven para sobrevivir en el nuevo hábitat. El proceso se llama señalización.

El grupo de Echenique en colaboración con investigadores de Universidad de Utah (Estados Unidos), el Instituto Pasteur de Montevideo (Uruguay), el Leloir de Buenos Aires y la Universidad de Georgia (Estados Unidos), identificaron un nueva vía de señalización con la que el neumococo se adapta al hábitat intracelular.

Del Cibici también participaron Germán Piñas, Nicolás Reinoso-Vizcaino, Nubia Yandar Barahona, Paulo Cortes, Melina Cian y Nadia Olivero.

Vida intracelular
“La vida intracelular es muy difícil, porque la célula inmediatamente digiere y degrada cualquier partícula ajena. El neumococo ha logrado sobrevivir a eso por algunas horas. La ventaja de eso es que se puede escapar del ataque del sistema inmunológico del organismo y también de los antibióticos”, comenta Echenique.

Uno de los procesos que alteran esta adaptación es su pared celular, el blanco donde atacan antibióticos como la penicilina.

El investigador explica que se podrían generar antibióticos que bloqueen este mecanismo y, de esta manera, permitir que la penicilina o la amoxicilina actúen de manera más eficiente, ya que la bacteria se hace 10 veces más sensible a este tipo de antibióticos.

Siguientes pasos

Según Echenique, el siguiente paso será conocer las estructuras exactas de las proteínas involucradas en esta nueva vía de señalización.

“Estamos trabajando con el Instituto Leloir y con la Universidad Nacional de Río Cuarto para lograr cristalizarlas. Luego, se puede hacer un estudio bioinformático para encontrar moléculas disponibles que podrían llegar a pegarse a esta proteína para interrumpir el proceso”, detalla.

De encontrar este posible fármaco, luego habría que seguir el recorrido con estudios in vitro y con animales para probar su eficacia y no toxicidad.

Finalmente, avanzar en estudios clínicos con humanos. Pero todo este proceso requiere, por lo menos, 10 años más de trabajo y el éxito no está garantizado, aclara el investigador.
De todas formas, Echenique también está trabajando en un aspecto más clínico del neumococo: su interacción con el virus de la gripe.