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​​1 '¹⁵ Y pondré enemistad entre ti y la mujer, ...' (Gn 3:15 | Pan diario📖

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"¹⁵ Y pondré enemistad entre ti y la mujer, ..." (Gn 3:15)

"... y el corazón del sabio discierne el tiempo y el juicio." (Ec 8:5)


¡Buenas tardes queridos amigos!
Hoy quiero comenzar una serie de sermones sobre la enemistad entre la semilla de Satanás y la semilla de la esposa, así como sobre el tiempo y el juicio.
Cualquiera que haya leído la Biblia conoce la historia de la caída del hombre. El pecado entró en nuestro mundo y cambió mucho. Aquí es donde quiero empezar.
Antes de que Adán y Eva pecaran, tenían una condición. Esta condición les fue dada por su Creador, quien los creó en el Jardín del Edén. A través de la obediencia, podrían vivir para siempre en el paraíso.

"¹⁵ Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.
¹⁶ Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo:, De todo árbol del huerto podrás comer;
¹⁷ mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres,, ciertamente morirás." (Gn 2:15-17)

Pero nuestros primeros padres violaron esta ley, y comieron del fruto del árbol del que no debían.

"⁶ Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol, codiciable para, alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el, cual comió así como ella." (Gn 3:6)

Ahora violaron la prohibición de Dios y se vieron obligados a abandonar el Jardín del Edén. ¡Tenían que morir! Ya que por cualquier pecado, se suponía la muerte.

"²³ Porque la paga del pecado es muerte..." (Ro 6:23)

El Señor sintió lástima por el hombre y le dio otra oportunidad para empezar de nuevo. Para hacer esto, él, un hombre, necesitaba ser limpiado de su pecado, para pagar un rescate. El hombre no podía lavar este pecado, pagar el rescate. No tenía nada con qué pagar. Y entonces Dios ofrece a su Hijo como rescate por el hombre.

"¹⁶ Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." (Jn 3:16)

La persona pecadora no podía resistir fácilmente las tentaciones y necesitaba una ayuda confiable. Aquí en la tierra comenzó una gran enemistad entre el bien y el mal, entre Cristo y Satanás, entre el Reino de Cristo, el Reino de la gracia y el reino del mal.

"¹⁵ Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar." (Gn 3:15)

Entraremos en más detalles sobre esto en el próximo tema.

@Pan_diario